En el habla corriente el término emergencia puede sugerir navegación en condiciones adversas de mal tiempo y hasta de supervivencia, lo cual, aunque siendo posible, no sería el sentido de este libro. Aún con muy buen tiempo y mar calma estamos en emergencia si no disponemos del instrumental habitual para realizar nuestro cálculo posicional y saber dar el rumbo correcto a nuestra embarcación, la que puede ser una balsa movida por el viento y las corrientes, un bote o una embarcación impulsada con un aparejo de fortuna, o un barco que se quedó sin instrumental electrónico y carece de medios manuales de observación adecuados.
Y, es más, también para exploradores o aventureros terrestres puede presentarse esta situación que obliga a reconocer a ojo desnudo signos en el cielo que nos permitan orientarnos y posicionarnos en la tradición de los boy scouts o pathfinder, como buscadores de senderos, a quienes algunas de estas enseñanzas marítimas pueden serles de ayuda.
Las combinaciones posibles de precariedad son casi infinitas: desde faltar un sextante pero disponer de reloj, no disponer de tablas ni almanaque, carecer de compás magnético, disponer únicamente de un reloj pulsera, hasta no tener casi nada salvo algún material auxiliar que permita construir algún instrumente casero.
Por lo tanto, acá se reúnen técnicas y reglas prácticas, pero explicadas en sus fundamentos teóricos, para reconocer rumbos, latitudes y longitudes observando los astros, el Sol, la Luna y las estrellas, a ojo desnudo o con alguna ayuda instrumental, y procurando sacar el mayor provecho posible de lo que se disponga a bordo en esa situación de emergencia, o precariedad, que comenzó imprevistamente a consecuencia de un accidente o de una avería grave.
